
Hace un año mi amiga Margarita, adquirió una tarjeta de Crédito, de un prestigioso banco nacional con cobertura internacional, ella muy emocionada, porque no hizo mayor gestión, ya que ella trabajando en casa particular no tiene muchas referencias, pero tampoco deudas, lo que hizo facil que se la dieran, bueno casi le rogaron para que la recibiera.
Margarita, con su tarjeta, estaba comprando y pagando con ella, un buen uso de la tarjeta, ella bien responsable con sus pago, hasta que llegó el momento que se quedó sin empleo porque su empleador fallecio y los hijos del empleador ya no la quisieron, la liquidaron, y mientras conseguía otro empleo, no pudo pagar las cuotas de la tarjeta, cuando se le acumilaron tres cuotas, la llamaron para decirle que le iban a embargar su cuenta bancaria, cosa que no tiene, que le harían embargo de salario, justo que no tenía, que la demandarían por la vía judicial, desprestigiando y poniéndole orden de arraigo, y que embargarán sus bienes, un pedacito de tierra que le dejaron sus papás en el pueblo, pero que aún no tiene los documentos porque en los pueblos todo es de palabra.
Ella les pidió un poco de tiempo para pagar su deuda, no la escucharon, y las llamadas de desde temprano de la mañana, hasta el final de la tarde, no la dejaban en paz, tratandola mal, gritándole que fuera a pagar, que vendiera sus cosas, para que pagara su deuda, le fueron a dejar notas de cobro a la casa de su hermana donde había ella dejado la dirección para recibir notificaciones.
Pero un día, su hermana le dijo que había visto en el internet una noticia sobre una oficina del Organismo Judicial sobre Mediación; fueron a investigar y decidieron pedir una Mediación con el Banco, para poder hablar sobre su situación.
En la oficina la recibieron muy bien, le tomaron sus datos, y le dijeron que fuera a dejar al Representante Legal del Banco, la citación de aviso para la audiencia de mediación.
Ella espero con muchos nervios y miedo dicha cita, porque si le habían dicho tanto por teléfono pensó que el representante legal del banco la insultaría, pero se calmaba pensando que allí estaría el Licenciado Mediador, y que él la aconsejaría y no dejaría que la insultaran.
Llego el dia de la cita, y se presentó un Abogado del Representante Legal del banco, el Mediador y ella. El mediador no dejó que la trataran mal, pero hasta allí le dijeron que ella debe pagar al abogado que llegó en representación del Banco, más afectada aún, porque no logro que se le hiciera justicia en referencia a multas y moras, tenía que pagar los gastos que representó haber solicitado dicha mediación.
Hasta este momento, ha conseguido que nosotras la orientemos, haciendo la consulta a la Superintendencia de Bancos, para ver si procede o no pagar dicho Abogado.
Pero la realidad de Margarita es la de miles de personas en el país, y en la región pobre de latinoamérica, debemos de buscar alternativas de solución a esta clase de problemas, como las entidades que prestan dinero y ofrecen sus créditos, tratan mal a las personas, pero que en este caso como Margarita, ella merecía un mejor trato, por ser mujer con mas de 60 años, y sobre todo que había sido una buena clienta del banco.
Cual es nuestro consejo? Las oficinas de Mediación, pueden ser buenas, para reconciliaciones familiares, como el caso de conflicto de familia, pero en este caso no son más perjudiciales. Ya que se le sobrepone a la persona el pago de honorarios de los abogados de las entidades financieras, aún no sea una demanda formal judicialmente.
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