Por Rossina Salguero
Cuidar de sí mismo es una responsabilidad propia que tiene repercusiones en el estado de salud y la calidad de vida de las personas. Especialmente en la realización de actividades de la vida diaria que van más allá de suplir las necesidades básicas como alimentarse, dormir, etc.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud define el autocuidado como “la capacidad de las personas, las familias y las comunidades para promover, mantener la salud, prevenir enfermedades y afrontar las enfermedades con o sin el apoyo de un proveedor de atención médica”. Y aunque hemos pensado el autocuidado como actividades fuera de las necesidades básicas, para la OMS, “el autocuidado abarca aspectos que incluyen higiene, nutrición, estilo de vida, factores ambientales y socioeconómicos”. Es decir, que mínimo se debe revisar si sí se le está dando prioridad a los anteriores ítems, para después crear rutinas que complementan cada una de las necesidades particulares.
Un ambiente de trabajo saludable es esencial, no sólo para lograr la salud de los trabajadores, sino también para hacer un aporte positivo a la productividad, la motivación laboral, el espíritu de trabajo, la satisfacción en el trabajo y la calidad general de la vida. Sin embargo, pese a los beneficios el lugar de trabajo saludable no es una realidad para gran parte de la fuerza laboral
Fuentes:
https://repository.ces.edu.co/bitstream/10946/4851/6/1128060385_2020.pdf